La señal de que una persona está en control de su conciencia es la capacidad de enfocar su atención de acuerdo a su voluntad, ignorar las distracciones, estar atento el tiempo necesario para lograr un objetivo, y no por más tiempo.
(Csikszentmihalyi, 2008, p. 31.).
Cuando tenía diez años nadaba todos los días. Yo ya sabía nadar, pero seguía yendo a clases porque me encantaba estar en el agua, vivía en un lugar caluroso y húmedo. Inclusive cuando llovía, yo iba a la clase y era la única que quería nadar.
Un día, teníamos que empezar nuestras vueltas en la alberca desde la plataforma de salida, como si fuera una competencia. Imagínate todos los niños en fila esperando su turno. Yo era la última, ya estaba ahí lista para saltar. Escuche el silbato y me lancé. Cuando caí al agua traté de nadar, pero no puede avanzar. Mi maestro, que estaba dentro de la alberca, me detuvo. Salí del agua y le pregunte confundida qué pasaba. Me respondió:
- “Tú ya no haces eso, tú ya sabes cómo.”
Sonreí y dentro de mí dije “¿qué hice mal?” Sin pensarlo mucho, repetí mi salida y esta vez pude continuar mi recorrido hacia el otro lado de la alberca.
Años más tarde, recuerdo que mi maestro de percusión me preguntaba por qué estaba tocando mal, si yo ya sabía cómo se hacía. Me decía:
- “Tú no tocas así.”
Cierto, si observaba cuidadosamente notaba que ya estaba tocando diferente de como yo pensaba. Ya estaba haciendo un movimiento extraño, de más, las baquetas no estaban a la misma altura, etc.
La clase de natación y de percusión tienen algo en común: mi falta de atención. Seguir leyendo Su atención por favor